lunes, 22 de marzo de 2010

Veintitrés velas, mitos vivientes y fosfato de golondrina...

La inspiración ha huido, camuflada entre pereza y hojas de Excel... El hastío y la monotonía acaban con el Arte, de eso no hay duda. Pero de vez en cuando, una chispa de luz se adentra en la negrura, ya sea gracias a una canción, a una sonrisa, a un estornudo o a un ejercicio matemático horriblemente aburrido. Y, poco a poco, durante horas (o días) vas construyendo algo, algo que a nadie le interesa y que te sirve para salir del paso, para no sentirte culpable por simplemente dejarte llevar por los inexorables tentáculos del tiempo. Como la vida misma...

Y es que hay situaciones en las que no tienes rumbo, y te dejas arrastrar. Intentas contemplar tus opciones, pero aparecen desdibujadas por las dudas, los miedos y el alcohol. Porque sí, anoche volviste a pillarte una buena. O, al menos, eso deduces por el sordo dolor de tu cabeza, porque lo que es recordarlo... Y seguro que hay alguien que te viene con moralismos, hablándote de inmadurez, irresponsabilidad, objetivos vitales y demás mamarrachadas tristes y sin sentido aprendidas de los grandes gurús contemporáneos de ésta nuestra sociedad. Léase Belén Esteban.

Lo fácil, me temo, es decir que sí. Lo divertido es decir "Fuck off" en su cara de lobotomizados. Diviértete. Que sigan a lo suyo, planeando sus tristemente predecibles vidas y la profesión de sus futuribles hijos. Que se hundan en su apestosa mediocridad, en sus sonrisas de catálogo de barata ropa por correo (Venca siempre será un icono de la postmodernidad, que no postmodernismo) y en su horterismo de barrio cañí. O, como diría la Lomana (hoy estamos de la más rabiosa actualidad), "working class".

But, well, siempre nos quedará París. O una caja de cerillas marca Golondrina. O una banda de tela de leopardo con letras fucsias. O una elegante escena erótico-festiva con fresas, un frigorífico y una pareja insultantemente guapa y neoyorquina. You know, "aquellas pequeñas cosas"... O, para seguir siendo actual, habrá que decir que lo que importa siempre acaba siendo "algo pequeñito, algo chiquitito".

"Al final soy sólo lo que soy..."

Soy lo que soy - Amaral